La Franja y la Ruta: ¿Cómo luce la conectividad?
Si digo la palabra conectividad, y le
pido que cierre los ojos y visualice lo primero que se le viene a la mente.
Seguramente muchos pensarán en Internet, en una carretera, un avión, un
teléfono móvil. Pero el concepto va más allá que solo unir dos puntos. Es ir
más allá. Se trata de conectar personas.
El hecho que un niño pueda estudiar al
otro lado del mundo gracias a esta iniciativa, o que una familia pueda poner su
negocio, o que una pequeña empresa crezca gracias a la Franja y la Ruta es lo
que le da sentido a esta colosal obra valorizada en un trillón de dólares. En
por esto que esta iniciativa nos viene dando una gran lección de
globalización.
Este sueño del que hablaba Xi Jinping
en 2013, siete años después ya se puede palpar a través de una serie de
avances. La clave es cómo la Franja y la Ruta hurga en el pasado para construir
hacia el futuro. La Ruta de la Seda, corredor milenario para incentivar
el comercio en el siglo I a.C. regresa cientos de años después convertido en un
proyecto que no conoce de fronteras y de continentes.
Debemos resaltar esta iniciativa no
solo porque marca un reto en términos de política exterior. Tampoco debemos
resaltarla solamente porque es el proyecto de infraestructura más ambicioso de
las últimas décadas, o porque alentará negocios en más de 60 países. La razón
por la que se lleva los aplausos es por los puentes. Pero no los que se pueden
ver, sino los lazos que va generando este proyecto día a día.
Todos somos parte de esta historia, de
alguna manera. La interconectividad de este megaproyecto tiene nombre y
apellidos, la de cada persona que se verá influenciada, en cada destino al que
llegue, y en la parada de cada uno de los corredores.
Las expectativas, entonces, son altas
ya que se busca unir países que hasta este momento se veían lejanos. Y esa
unión se basa en la cooperación cultural, económica y política.
Contrario a lo que se pueda pensar,
este es un salto de crecimiento no solo para China. En todo caso, el gigante de
Asia es el gran impulsor (y el que hace el gasto), pero los beneficiarios son
todos los países involucrados. Perú no es una excepción.
Nuestro país guarda una relación
especial con China. Tenemos la mayor comunidad de descendientes chinos en
Latinoamérica. Y esta iniciativa de la Franja y la Ruta logra resaltar este
vínculo histórico. Desde los primeros ciudadanos chinos que llegaron en 1849 al
país, hasta la creciente actividad comercial en el presente gracias al TLC
firmado en 2010.
Estos proyectos nos
permiten a todos mirar al futuro juntos de manera distinta. Entonces, ahora si
te digo conectividad, y te pido que cierres los ojos ¿en qué piensas?
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